viernes, 28 de agosto de 2009

A Punto

Que la cocina es un tema de discusión es verdad y más cuando existe un papá con el deseo frustrado de ser chef profesional con un posgrado en cocción de arroz. Una vez por semana seguro mi papá se mete en la cocina cuando por esas casualidades de la vida, me digno a cocinar.

Nada hay de malo que haga como quiera el arroz cuando el está cocinando, pero que no se venga a dar de gran chef cuando yo estoy en la cocina, porque es sinónimo de caos culinario. Pone a hervir el agua 30 minutos antes de pone el arroz, medí la cantidad de granos que vas a poner, acá el ojo no existe. Traje esas reglas pizzinis que se ocupaba para diseño en la secundaria y le dije, en un metro entran 100 arroz, ¿Cuánto metros pongo?.

No es así, nunca vas a aprender de verdad como se hacen las cosas. No se te puede decir nada, te pensás que sabes todo y nunca te sale bien el arroz. Son las típicas frases que escucho decir a mi papá desde el living. Es que claro, como todas las cosas existe un protocolo para preparar mate, para hacer una torta, para cambiar el cuerito de la canilla y ni hablar cuando estamos a minutos de salir y se pone arreglar esa pava eléctrica que hace años esta ahí y jamás se le ocurrió tocar.

Mirá si yo voy a estar prendida a un cronometro para calcular el tiempo de cocción, hay veces que es necesario tener precisión, por ejemplo para la cocción de una torta, de un lechón o de un lemon pie. Pero para el arroz? No me puede decir, controla que falta 6,5 minutos para que ya este. Fue en ese momento donde me apareció una duda existencial, mi papá hoy viernes es descendiente de chinos, mañana seguramente será diseñador de interiores cuando me vea taladrar la pared para colgar alguna chuchería.

R.S.R

jueves, 27 de agosto de 2009

Viajes Express

Hace un par de días habilitaron un servicio directo que une el barrio en que vivo con el centro de la ciudad. Te ofrecen ambiente climatizado, seguridad al viajar no solo por el seguro de la empresa si no también porque tienen cinturones que previenen lesiones graves en caso que haya algún accidente de tránsito.

Como bien dije, es directo. Ahorras tiempo, te estresas menos, llegas más rápido al lugar y no tenes que padecer esa gran encimada que se produce cuando el chofer no sabe frenar sus emociones y sigue cargando gente hasta convertir el colectivo en una jaula de animales. El pequeño detalle es el precio de la tarifa, son unos centavos más que el de servicio normal y tiene algunas salvedades.

Ayer al salir agotada de la facultad después de un miércoles agitado como de costumbre, tuve la oportunidad de subir a uno de esos bondis express. Mucho no me preocupe por entender el verdadero objetivo de ese nuevo servicio, quizás será para reparar el daño que hizo la empresa al quitar coches de la línea 102 A para unir otros barrios. Pero hoy la temperatura, mis pocas ganas de pensar y esperar hicieron que suba de nuevo.

Y se me aparecieron ciertas cuestiones que por el momento no me dejan dormir la siesta.

Cuestión 1) Tienen cinturón de seguridad: pagando $2 por viaje, tengo una cinta que me protege y me garantiza llegar entera a mi casa. ¿Y los que no tienen esa plata? ¿los que viajan 4 veces al día? ¿La seguridad de ellos no cuenta?

Cuestión 2) No aceptan las tarjetas magnéticas escolares ni universitarias: ¿Quiénes usan generalmente esas tarjetas? Los jóvenes que están más o menos dentro del sistema y que de algún modo serán el futuro de mañana. Entonces, seré muy pesada lo admito. Pero siento que al hacer esa distinción no me están cuidando a mí que pago por viaje en un colectivo común 0,45 ctvs.

Cuestión 3) En el techo del Express esta la salida de emergencia: ¿En los cotidianos, están? Solamente aparecen esos martillos encapuchados de ayuda, que más bien parecen una herramienta de Bob el Constructor.

Veamos, un pasaje seguro $2.00 rápido, cómodo y seguro. Un pasaje normal $1.30 o 0.45 a los que estamos dentro del sistema de educación. Con $1,80, viajo 4 veces en colectivo por día, con muchas personas que siempre ocupan los pasillos y las puertas para descender. Un empleado de comercio que toma 4 veces el colectivo gasta $5.20 por día y por mes $124.80, si quiere llegar rápido y seguro por mes tendría un gasto de $192.

Me pregunto, la empresa ¿no debería cuidar más a las personas que se manejan con el servicio común? ¿No debería regularizar el servicio normal antes que implementar estas nuevas unidades?, de última que aumenten el pasaje pero me brinden todos esos servicios. Si no me dan a sospechar que todas las ganancias que se recaudo desde que el boleto empezó a aumentar, fueron a parar en esas 3 unidades de viaje express para unos pocos. Encima la misma empresa se contradice, al expresar que ese servicio es el mejor. Lo dicho esta también lo no dicho.

R.S.R

lunes, 24 de agosto de 2009

Último Modelo

Hoy esperando que el semáforo me autorice a cruzar la avenida, un ruido extraño provoco que yo conductora, pierda la concentración y pegue un salto como esas esquizofrénicas de alquiler. Es que claro, esa mezcla de reguetton con cumbia colombiana me hizo pensar que el auto de al lado por fin pudo instalar el equipo de sonido nuevo que logró traer hace un año de Paraguay Shopping Small. Pero me equivoqué, la cosa fue mucho peor.

Esos sonidos de latas, charangos y batería no venían del auto de mi derecha, mucho menos del de la izquierda, delante de mi auto no había nada más que la senda peatonal. El espejo retrovisor no me advirtió de nada. Por fin dio verde, avance y ese molesto ruido seguía y fue ahí donde comprobé lo que sospechaba.

No era ni un camión, ni un auto, ni una ranger. Era algo mucho más detestable, insoportable e inmanejable. Y ahí comprendí que de nada vale tener una selección de música para escuchar mientras se maneja, si en el momento menos esperado se te para una moto zanella 50 con una caja baflé potenciada, más grande que el casco del conductor y que del mismo espejo.

Entiendo que los conductores de los motoparlantes manejan felices, contentos y lo que es peor aún se sienten los hombres más afortunados del planeta por tener música en sus dos ruedas. Lo curioso de todo esto es que no importa el modelo de la moto porque sea nueva, vieja, usada, tuneada hasta incluso robada, todas vienen con esa música ruidosa que se arrebata y remenea remenea.

No quiero que estos tipos me invadan más la cabeza en esos 55 segundos que dura un semáforo. Esa contaminación ambiental que producen desde esa porquería de transporte hace que el nuevo hit del Dj Yiyo and the Boy’s Ten se difunda y rompa no solo la paciencia si no los oídos de los conductores serios que no son capaz de relajarse con una música popular en los semáforos.

Espero que la próxima vez que me pase esto, caiga un aguacero de aquellos y que no solo se destruya esos parlantes comunitarios que le ponen a las motos si no que además se le vayan esas ganas de querer hacerse el vivo y dibujar una sonrisa cuando una se da vuelta a mirarlos y solo ves el movimiento de cabezas al ritmo de los pies, que en teoría siguen las elegantes notas del chichichichichi. Ese día seré yo la que dibuje una sonrisa, aunque después tenga que empujar dos cuadras mi auto, porque si sonrío es porque la lluvia fundió los parlantes, pero inundo la ciudad y mi motor se mojo.

R.S.R

jueves, 20 de agosto de 2009

Me alegro por vos

Hay cosas que después te arrepentís de haberlas hecho y/o comentado. Uno se engancha con cada espécimen a hablar de la vida misma y después que te pasas contándole tus cosas o como te fue en el trabajo o que si tuviste que correrle al bondi que paro media cuadra después de lo habitual y sobre todo después de contarle algo que te hace bien o feliz, te remata y se autoexcluye de tu estado de bienestar con la frase, que bien che me alegro por vos.

Cuando se supone que se lo contas para compartir y para que sea parte de tu vida en ese momento, últimamente estuve por demás pacífica. Logré no salirme de las casillas cada vez que leía en una ventanita online el me alegro por vos. Es algo automático, que mi inconsciente quizás un poco paranoico me lleva a pensar que se alegran por mí dejándome en la cima más alta de los éxitos, como que ellos no tienen nada por que o por quien estar bien.

Y de ser así más a mi favor, si nada tiene que se aviven y hagan caso a lo que dicen o escriben, me alegro por vos… que escriban mejor por vos me alegro, de última me hacen sentir más útil y alimentan mi ego, aunque en el fondo yo me alegre por ello.

R.S.R

lunes, 17 de agosto de 2009

Que Escándalo

Si bien últimamente anduve chapoteando por esos lugares donde cumplía mis deberes del vivir y sentirme bien, me di cuenta que aún me falta encontrar ese equilibrio para hacer todas las cosas a la vez. Sí de tanto ver los errores ajenos, me toco a mi, menos mal que fue algo insignificante como un turno de examen de la universidad, bue si se lo puede llamar universidad.
Por cumplir con mis deberes de recreación, de alimentación del espíritu, distracción y de esos tipos de cosas que recrean la vista humana y libere la mente, en todo ese mundo de paseos, alucinaciones, risas, me olvide de inscribir para rendir y si, no tuve en cuenta que hoy es feriado y la inscripción cierra tres días hábiles antes de rendir, se me paso y los de la facultad ni se molestan en enviar un mail con las fechas, ¿para que te piden que completes tu correo electrónico, si después te transformas en un simple número de cinco dígitos?
Es que claro este turno de examen ya viene encabronado desde el vamos, porque esta semana es la bendita semana donde la gripe A nos corto las ganas de rendir en el primer llamado, pero bueno no nos desvirtuemos del tema, la gripe A requiere un análisis a posteriori.
Al final los estudiantes tenemos que hacer todo, mientras ellos están ahí sentados haciendo la nada misma, ah perdón me equivoque de nuevo, están ahí para decirte No, mientras yo tengo que pelear con el pibe de la fotocopia que cada tanto pierden los apuntes por tomar mate con cuánta ingresante pide una constancia de alumno regular. Tengo que esperar mil horas para inscribirnos en una cursada porque siempre nos toca adelante una lela que aún no sabe como funciona el sistema sui guaraní, pero bien que conoce todos los atajos del msn, los últimos iconos y esos zumbidos espantosos y encima tengo que ir a ver el resultado de los parciales porque por teléfono no te lo dan, como si fuera que mi nota es un secreto de sumario que puede afectar el veredicto de un juicio por consumo de coquita, por secuestro o portación ilegal de armas.
Después me dicen que me tome más en serio la realidad, si la realidad misma es la mía y además no hay que tomarse todo a la tremenda ni comerse el viaje de que esta mal olvidarse de rendir, después de todo tengo una semana más para volver a mis deberes.

escrito por R.S.R

jueves, 13 de agosto de 2009

Hoy no se fía, mañana sí

Cuando vemos rodar en el aire las sonrisas que nos hacían felices empezamos a entender lo valioso que fue disfrutar de cada instante de ese carnaval que es el estar, no se como ni donde, pero el simple hecho de estar.
Todo es así, uno se levanta, se prepara el desayuno, va a estudiar, trabajar, cumple con la rutina diaria y con las obligaciones que le impone la vida misma, al fin y al cabo somos nosotros lo que decidimos que hacer. Muchos hablan de las obligaciones, de lo que esta bien visto para la sociedad, de la iglesia, de la moral, de todos esos modelos que están instalados en nosotros y se refleja con cada mirada al espejo.
Pero estoy cansada de escuchar a las personas que se quejan por todo, estoy cansada de escuchar yo cumplo con mis obligaciones y no tengo tiempo para ir a ningún lugar, aunque ese lugar sea un simple bar para darte tus cinco minutos de placer. Encima lo peor del caso es que una al escuchar eso se siente extraterrestre porque trabajando, estudiando, cocinando, planchando siempre queda algún tiempo para darse uno.
A veces pienso que todo va tan rápido que nadie se detiene y dice, si así como tengo obligaciones también tengo deberes que llevado al escenario de la vida sería el ser feliz, el sentirme bien, el darme el tiempo para hacer lo que quiera dentro de las posibilidades que tengo.
El no preocuparme tanto por las próximas 24 horas que llegarán algún día hace que vaya despacio, lento sin apuro, leyendo las señales que van apareciendo y esquivando las curvas que cada tanto aparecen.
En este último tiempo descubrí que me molesta en demasía las personas fanáticas, las personas que se creen que tienen la verdad, la razón y todas esas virtudes que ellas mismas se acreditan y al mínimo acto que hacen, se caen a pedazos. Esas personas que van y vienen, aquellas otras que se ríen por el solo hecho de que noten que está ahí y ni hablar de aquellas que se ponen a hablar de dietas y terminan con la típica frase me muero de hambre cuando todos sabemos que si es una buena dieta es imposible que tengas esa necesidad de tragar algo.
Así estamos, eso somos, es un desfile de momentos, de salas de estar y salas de esperas y son en estas últimas salas donde están las personas que me desatan un rechazo automático, esas que esperan el día indicado para empezar a vivir, aquellas que esperan tener un buen trabajo para seguir viviendo, aquellas que cumplen un horario de oficina y creen que desligándose el otro mediodía libre que tienen ya son felices y de aquellas que se quedan colgados pensando en la resurrección del cangrejo o en la llegada de aquel amigo que cada tanto aparece, habla y se va.
Por eso que no escapo a mis obligaciones pero doy espacios para mis deberes, para sentirme bien, pensar en mí y a cara de perro decirme todos los días… mañana no se, pero el hoy es mío y para mí…. tan simple como entender la leyenda que aparece en algún que otro quiosco de barrio.

escrito por R.S.R